«Se incrementará hasta el 100% el gravamen fiscal que deben pagar los no europeos que no residan en nuestro país cuando compran una casa en España, priorizando que las viviendas disponibles sean para los residentes». Lo anunció ayer Pedro Sánchez en el acto de clausura del Foro Vivienda: quinto pilar del Estado del bienestar junto a otras 11 medidas con las que el Ejecutivo pretende abordar el grave problema que existe en nuestro país para acceder a la vivienda.
En este caso concreto, el presidente del Gobierno adelantó que limitará la compra de casas y pisos a los extranjeros extracomunitarios que no residan en España aumentándoles la carga fiscal, como ya ocurre en otros países como Dinamarca o Canadá. «Solo en 2023 compraron 27.000 casas y pisos. No para vivir en ellas, lo hicieron principalmente para especular, para ganar dinero con ellas. Algo que en el contexto de escasez que vivimos no podemos permitirnos», señaló el presidente.
Desde hace años, España se ha convertido en un imán para los foráneos que encuentran en nuestro país una buena oportunidad para invertir o un buen destino donde comprar una casa, lo que ha provocado el encarecimiento de la vivienda especialmente en determinadas zonas del país. Entre enero y septiembre, los extranjeros adquirieron más de 95.000 inmuebles en nuestro país, lo que representa el 18,43% del total de las operaciones que se realizaron durante ese período. Casi una de cada cinco viviendas, la cifra más alta desde que hay registros.
Por nacionalidades, los británicos fueron el grupo de extranjeros que más viviendas adquirió, con 5.825 transacciones, lo que supusieron el 6,12% del total, seguido de los alemanes (4,7%), los marroquíes (4,13%), franceses (3,9%), italianos (3,7%) y rumanos (3,6%), tal como reflejan las estadísticas del Colegio de los Registradores, que no hacen distinción entre los residentes y no residentes de nuestro país.
El interés de los extranjeros recae sobre todo en la costa mediterránea, donde británicos y alemanes acaparan gran parte de la compraventa. Alicante se consolida como el destino favorito de los inversores de fuera, que entre enero y septiembre adquirieron el 50% de los pisos en venta, tal como reflejan los datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Por detrás, Santa Cruz de Tenerife registró el 41% de las operaciones, seguido de Málaga (37,9%), Baleares (37,6%) y Las Palmas (29%). Coincide que son las provincias más turísticas y donde más se ha encarecido la vivienda en el último año, por encima del 15% interanual, aunque el incremento de los precios viene de antes.
«Es el modelo del PP, dejar que los especuladores hiciesen negocio durante la crisis financiera, que se abrieran heridas en nuestra sociedad, que aún supuran y no se arrepienten», manifestó ayer Sánchez y es que parte de este interés extranjero por nuestro mercado inmobiliario tiene su origen en las Golden Visa que aprobó el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2013 para reactivar nuestra economía después de la crisis de 2008 y que ahora el Gobierno actual quiere suprimir en primavera. La norma, que permite que los ciudadanos de fuera de España puedan obtener un permiso de residencia al comprar una vivienda por un valor igual o mayor que 500.000 euros, otorgó un total de 14.576 visados a inversores extranjeros desde que entró en vigor, tal como recoge Vivienda. La mayoría a chinos, rusos, británicos, estadounidenses, ucranianos, iraníes, venezolanos y mexicanos entre 2020 y febrero de 2024.
Buena parte de la batería de medidas anunciada este lunes para abordar la crisis habitacional tendrá que pasar por el Congreso, por lo que hasta que llegue la fecha, todo aquel que tuviera interés en invertir, lo hará. Además, la mayoría de los extranjeros que adquiere una vivienda en nuestro país lo hace a tocateja, pues la otra opción que tienen es pedir financiación a un banco español. El último informe del Colegio de Registradores correspondiente al tercer trimestre de 2024, apunta a que el 11% de las compras extranjeras se abonó al contado.